A los 59 años, el actor está más vigente que nunca en la pantalla chica: es el cowboy que enloquece a una cineasta en la serie I Love Dick, revivirá a su personaje de Tremors y será dirigido por su mujer, Kyra Sedgwick, en un telefilm.
NUEVA YORK.- Tras casi tres décadas de matrimonio, Kevin Bacon y Kyra Sedgwick no creen en dejar el trabajo en el set de filmación. Así que cuando Sedgwick se preparaba para su debut como directora con el telefilm Story of a Girl (que se verá aquí por Lifetime el 20 de septiembre), no sólo pidió la opinión de Bacon, sino que también se ocupó de incorporarlo al elenco.
Pero a poco de empezar el rodaje, Sedgwick le pidió a su esposo que dejara de meterse. «La gente está demasiado obsesionada con nuestra relación, y Kyra quería asegurarse de que el equipo de rodaje entendiera quién estaba a cargo en el set-dice Bacon-. Así que me dijo que refrenara un poco mi impulso habitual de querer tomar las riendas de las cosas. Entendí el mensaje y le hice caso.» A los 59 años, el actor habla sobre su colaboración con su esposa, de su reciente redescubrimiento como «objeto sexual» y de la resurrección de un rol de larga data.
-Dirigió a Kyra en Losing Chase, Loverboy y The Closer. ¿Cómo llegó a dirigirlo ella en esta película?
-Tuve que golpear la mesa durante mucho tiempo. Ella entiende uno de los elementos cruciales de la dirección: generar un ambiente en el que los actores puedan hacer su trabajo y tomar decisiones, donde se sientan apoyados y autorizados.
-¿O sea que ella sentía que iba a tener que ponerle freno?
-A mí me cuesta mucho quedarme callado. Cuando uno sabe que en el set van a trabajar juntas dos personas que son pareja en la vida real, la reacción de todo el mundo es que va a haber problemas. La gente se pone ansiosa y quiere ver quilombo. Hacen chistes todo el tiempo: «Mirá cómo él la mandonea, mirá cómo ella lo tiene de acá para allá».
I Love Dick – Trailer
-En la serie I Love Dick, interpreta a un artista texano que sin quererlo se convierte en la musa inspiradora de la cineasta que interpreta Kathryn Hahn…
-Me fascinó esa idea de un hombre que decidió que haría lo imposible para ser un pez gordo en un estanque pequeño. La mayoría de los actores se pasan la vida intentando lograr ser conocidos y no saben lo que significa hasta que lo logran. No siempre es tan genial como creían cuando eran anónimos, y creo que en la serie Dick está en un punto de su vida en el que todo ese asunto ya lo tiene harto.
-¿Se siente cómodo con la fama?
-Siempre digo que la experiencia es en un 99 por ciento positiva. Cuando me ve, la gente me sonríe o me dice que me adora. Pero como se imaginarán la peor parte del asunto no es ésa. Supongo que donde más cómodo me siento es en Nueva York, siempre y cuando no ande paseando por el centro, porque si te ve un turista uno pasa a convertirse en parte del tour.
-¿Y el hecho de ser el blanco de todas las miradas femeninas?
-En lo que tiene que ver con las fantasías de la gente, entiendo que es parte de mi trabajo. Pero ese resultado es parte de una conjunción entre dónde está la cámara, la forma en la que luzco, cómo estoy vestido, el maquillaje y la música. Ser sexy no se actúa.
-En determinado momento de la serie, su personaje observa a los interpretados por Hahn y Griffin Dunne teniendo sexo.
-Me llamaron al set y ahí estaban Kathryn y Griffin con batas. Y Kathryn me dice: «Querido, preparate, nos vemos del otro lado». Así que me senté en mi silla vestido como Dick, la música arrancó, y ahí entraron dos personas desnudas, bailando junto al camarógrafo, y los tres se suben a la cama. Y cada tanto el camarógrafo me hacía un plano para ver mis reacciones, pero en realidad yo estaba al borde de la carcajada, porque la situación me parecía hilarante.
-El personaje de Kathryn se limita a escribirle cartas lujuriosas a su personaje. ¿Alguna vez recibió una misiva de alto voltaje en la vida real?
-Si la recibí, alguien se ocupó de que nunca llegara a mis manos.
-Se acaba de anunciar que la señal Syfy compró la continuación televisiva de Terror bajo la tierra (Tremors), que usted protagonizó en cine en 1990.
-Me gustó la idea de que mi personaje, Valentine McKee, un hombre común en todos los sentidos, se viese empujado a esa situación extraordinaria en la que no tiene más remedio que convertirse en un héroe. Pero después de ese momento, ¿qué pasaría en la vida de ese tipo si nunca más vuelve a tener una experiencia tan intensa? ¡Pero los monstruos vuelven! Créanme: en esta secuela no faltarán los monstruos?
-Ya se ha intentado continuar la historia que contaba Tremors en varias ocasiones, y todas fueron un fracaso. ¿Por qué piensa que ésta puede tener éxito?
-Hmmm… ¿Porque actúo yo?