En los últimos quince años, la presión fiscal en Argentina creció el doble que en América Latina.

El Gobierno viene preparando el terreno para el desembarco de la reforma tributaria que se presentará en sociedad después de las elecciones de octubre. Esta vez fue el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein, quien hoy expuso los lineamientos del proyecto oficial ante el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. Allí, el funcionario destacó que el sistema tributario argentino tiene impuestos distorsivos como los que gravan a los créditos y débitos bancarios y a los ingresos brutos; y alícuotas elevadas para el IVA, Ganancias y aportes patronales, lo que ubica a estos tributos en el centro del proyecto oficial.

La reforma tributaria y la reforma laboral son dos de los pilares en los que planea apoyarse el Gobierno para avanzar en los cambios económicos en la segunda parte del mandato de Mauricio Macri. Con la presión tributaria en el 33% del PBI y el gasto público por arriba del 40%, el reclamo de una reforma que reduzca el peso de los impuestos se repite en todas las cámaras empresariales. Desde el Gobierno reconocen que la presión tributaria es alta, pero también admiten que con elevado déficit público, el margen de maniobra es escaso.

En su exposición, Edelstein explicó que «la presión fiscal creció en valores absolutos en 15 puntos del PBI en la misma cantidad de años»; y señaló que «en Latinoamérica también creció, con lo cual es una tendencia de la región, pero lo hizo en siete puntos, es decir, a la mitad que la Argentina».

También señaló que «en el sistema fiscal también hay anomalías por todos lados», y subrayó que «hay impuestos distorsivos, como el de los créditos y los débitos bancarios, y el de Ingresos Brutos».

Junto a los impuestos distorsivos, el otro tema en el que hizo foco Edelstein fue el de las alícuotas, a las que calificó como «superiores a las que se aplican en otro lado». En concreto, señaló que la alícuota del IVA en 21%, las contribuciones a la seguridad social en 23%, o Ganancias en 35% «puede ser normal en Europa, pero no en América Latina».

«La única solución posible es establecer un horizonte e ir convergiendo hacia ese rumbo», apuntó Edelstein.

Desde la visión oficial esta reforma es clave para atraer nuevas inversiones. «Se requiere una baja de costos para que haya mayor inversión y actividad económica, y mejores condiciones de empleo. Luego del proceso eleccionario comenzaremos a compartir los lineamientos de trabajo que estamos realizando y los daremos a conocer en sociedad para debatirlos», sostuvo Edelstein. Pese a estas promesas, las chances de que baje la presión tributaria en el corto plazo son nulas. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ya anticipó que el plan es que la baja de la presión sea gradual. Pero este objetivo está atado a las otras proyecciones oficiales, que prevén que la economía se expanda durante los próximos años. Sin crecimiento del PBI que permita licuar gradualmente el peso del gasto público, no hay reforma fiscal posible.

 

Fuente: https://www.clarin.com/economia/reforma-tributaria-buscan-bajar-impuestos-altos-distorsivos_0_H16xsYTY-.html

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