Luego del impacto global que provocó la reciente medida tomada por el presidente estadounidense Donald Trump —consistente en un incremento generalizado de aranceles a países de todo el mundo— el gobierno argentino encabezado por Javier Milei recibió otro revés significativo. Esta vez, la preocupación llegó desde el ámbito agrícola estadounidense, cuando la secretaria de Agricultura del gobierno republicano, Brooke Rollins, anunció una decisión que afecta directamente a las exportaciones argentinas: “no va a importar más carne de Argentina”.
⚠️ «No carne de Argentina». La Secretaria de Agricultura de Trump, Brooke Rollins, declaró en Fox News que parte de la política MAGA es terminar con las importaciones de China, India y Argentina. ¿De qué sirvieron los viajes de Milei y @LuisCaputoAR? Tremenda patada a la cabeza… pic.twitter.com/Tw2s2ovWft
— César Biondini (@BiondiniCesar) April 10, 2025
Según declaró Rollins durante una entrevista con Fox News, esta política forma parte de una estrategia clara orientada a fortalecer la producción nacional. En sus palabras: “No hay nadie que vaya a pelear más inteligentemente o estratégicamente que Trump para todos los estadounidenses. Recién escuchaba a un pescador y a un ganadero decir que están con el presidente, que entienden su visión, que dicen que esto va a ser mejor para las familias”. De este modo, la funcionaria reafirmó el objetivo proteccionista del nuevo gobierno republicano, centrado en priorizar a los sectores productivos internos por sobre la apertura comercial.
Durante el mismo reportaje, Rollins amplió su argumentación sobre la política de “Estados Unidos primero”, una consigna que ya había caracterizado a la administración anterior de Trump. “La gente eligió a este presidente disruptivo, incluso los estados pendulares lo votaron, para que ponga a Estados Unidos primero, no a India, no a China, no más carne de la Argentina, no más lácteos de Canadá, sino Estados Unidos primero”, subrayó. En este marco, dejó claro que el país adoptará una postura más cerrada frente a ciertos productos importados, incluyendo la carne argentina y otros alimentos de origen extranjero.
Más adelante en la misma intervención televisiva, Rollins destacó el atractivo internacional que genera la política comercial de Trump, a pesar de su carácter controvertido: “Esta visión de Trump de poner a los estadounidenses primero no es nueva. Con él como presidente, más de 70 países nos están llamando para negociar. Estamos en tiempos inciertos, pero la estrategia y el plan van hacia adelante”.
Aunque la Casa Blanca aún no precisó de qué forma se implementará en la práctica la afirmación de Rollins respecto al cese de importaciones de carne argentina, se prevé que esta política derive en una contracción significativa de las exportaciones argentinas hacia el mercado estadounidense. Esto representa un golpe importante para los sectores agroindustriales del país, en un contexto internacional ya complejo y caracterizado por mayores restricciones comerciales.
Según cifras relevadas por la consultora Focus Market, durante el año 2024 Estados Unidos adquirió productos argentinos por un total de 6.454 millones de dólares, mientras que Argentina importó bienes norteamericanos por un monto de 6.226 millones. Como resultado, se configuró un superávit comercial a favor de Argentina de 229 millones de dólares. Dentro de esa canasta exportadora, se destacan especialmente los sectores energético y agroindustrial: “Dentro de las exportaciones hacia Norteamérica, el sector energético lidera con el 36 por ciento del total, seguido por el agroindustrial, con productos como vinos, miel y carne bovina. También se destaca la exportación de metales, impulsada por la demanda de industrias tecnológicas y automotrices en Estados Unidos”, explicó el informe de la consultora.
En paralelo, desde el propio equipo asesor de Javier Milei se planteó una lectura distinta del problema. Ramiro Castiñeira, economista y miembro del Consejo de Asesores del presidente argentino, sostuvo que frente al nuevo escenario global, la Argentina —junto al resto del Mercosur— debería repensar su política arancelaria para evitar quedar rezagada en la competencia internacional.
En declaraciones brindadas a la Agencia Noticias Argentinas, Castiñeira expresó: «Argentina en particular y el Mercosur en general, si quieren sumarse a un mundo sin aranceles van a tener que bajar los aranceles que el mismo Mercosur aplica para todos los productos extranjeros, que llegan hasta el 35% para muchos productos americanos, como ropa o textiles, e incluso en algunos casos directamente están prohibidos». Con esta afirmación, el asesor remarcó la necesidad de adecuar el esquema comercial regional para facilitar el intercambio, especialmente ante la amenaza de nuevos bloqueos o restricciones por parte de potencias económicas.
Además, contrastó el incremento aplicado por Trump en sus medidas proteccionistas con el esquema actual vigente en el Mercosur. “Si Trump subió del 2% al 10% y Argentina en particular tenía aranceles del 35% en el marco del Mercosur, queda claro quién es el que tiene que bajar los aranceles ahora”, sostuvo Castiñeira, dejando entrever que una apertura comercial por parte del bloque regional podría ser clave para sostener los flujos de exportación frente a los cambios en la política estadounidense.