Decenas de miles de personas se manifestaban este martes para denunciar la violencia policial del domingo.
Claveles y boletas del referéndum para hacer avioncitos de papel es lo que ofrece Susana Altariba a los catalanes que están participando en el “paro de país”: una huelga general convocada para hoy en toda Cataluña por los sindicatos más poderosos y las organizaciones independentistas en repudio del comportamiento violento de la Guardia Civil y de la Policía Nacional mientras intentaban impedir el referéndum del domingo que, según el gobierno nacional, es ilegal.
“A la violencia respondemos con flores. Y nuestra flota de aviación de guerra está integrada por avioncitos de papel hechos con las boletas que los catalanes utilizamos el domingo para votar por nuestra autodeterminación”, dice Susana, que integra la agrupación Omnium Cultural, favorable a la separación de Cataluña.
Movilizaciones ciudadanas masivas, escraches a las sedes policiales, cierres de carreteras -a la una del mediodía, según el Servicio Catalán de Tránsito, sumaban ya 48- y el transporte público casi paralizado -colectivos y subtes prestan un 25 por ciento del servicio habitual sólo en horas pico y los trenes funcionasen un 33 por ciento- confirman uno de los leimotivs favoritos de los catalanes en estos días revueltos y sensibles: “Las calles serán siempre nuestras”.
En Barcelona, miles de personas adhieren al paro no quedándose quietas. Como en un vía crucis, una multitud se dio cita a las 11 de la mañana la Escola Ramon Llull, en el Carrer del Connell de Cent Diagonal, que el domingo ha padecido violencia y destrozos de las fuerzas de seguridad que entraron a incautar las urnas.
Enroscadas en las rejas del Llull, que mañana volverá a poblarse de chicos que regresas a sus aulas, los claveles y otras flores se han convertido en la ofrenda simbólica de desagravio.
A las 11:15, el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, se abrió paso entre jóvenes, ancianos y familias con chicos que hacían avioncitos de papel y se sumaban a los coreos de frases como “Fuera las fuerzas de ocupación”, “Somos gente de paz”, “Ni un paso atrás” e “Independencia”. Junqueras dejó una flor en la reja, conversó con una vecina de 92 años y fue saludado con aplausos. El vicepresidente invitó a mantener “la calma y la serenidad”.
“Ante la vulneración de los derechos más flagrantes que sufrieron los catalanes el domingo pasado, la respuesta del pueblo de Catalunya está siendo ejemplar, mayoritaria, pacífica, serena y democrática”, agregó Jordi Cuixart, presidente de la entidad soberanista Òmnium Cultural- Hoy vemos que los pueblos y ciudades de Cataluña están paralizados en este paro general que empuja a todos los ciudadanos de Cataluña a seguir trabajando en defensa de la democracia, la libertad de expresión y los derechos fundamentales de la ciudadanía”.
Encabezada por los líderes políticos, los ciudadanos siguieron luego por el Carrer d’ Aragó, rumbo a otra escuela, la Jaume Balmes, donde durante el referéndum del 1-O la gente se apostó para impedir que la Guardia Civil ingresara a secuestrar el material electora. La movilización, que a su paso abucheaba al helicóptero que la sobrevolaba y se detenía delante de los balcones que lucían banderas por el sí a la independencia para aplaudir a esos vecinos, marchó detrás de una pancarta que decía: “La dignidad de un barrio nos hace fuertes como pueblo” y “Somos un barrio digno, soberano y solidario”.
“Los más mayores hemos vivido los palos del franquismo -dijo Francés Vallhonrat, un catalán de 82 años que se sumó a la movilización con su esposa Carmina, de 78-. Pero es un tiempo que no debe volver.” “Hemos visto muchos intentos independentistas de Cataluña pero esta vez es distinta porque hace años que nos estamos preparando para esto, sobre todo desde que el Parlamento catalán consiguió mayoría independentista”, agregó su esposa.
Sobre la Gran Vía de las Cortes Catalanas, abundan las selfies con las urnas que Cataluña diseñó para el referéndum del domingo. La mayoría de los negocios, que no ha cerrado, estuvo atenta al paso de los manifestantes y bajó sus persianas cuando la movilización pasó por la puerta.
Unas 2.000 personas protestaron también frente a la sede del Partido Popular (PP) en Cataluña porque lo consideran “culpable” de la actuación policial del 1-O. Marchan con una bandera catalana kilométrica.
“No he ido a votar el domingo pero me desagrada todo lo que está sucediendo en Cataluña, sea de un lado que del otro -dijo José Sierra Camprubi, un taxista de Barcelona-. Los separatistas no pueden hacer lo que se les ocurra desobedeciendo las leyes. Pero tampoco la Policía puede reaccionar como lo hizo el 1 de octubre.” La participación masiva a la huelga general se registró en numerosas ciudades catalanas. En Girona, 30.000 personas salieron a las calles con banderas. Entre la multitud, un joven sostenía en alto una pancarta casera. Había pintado sobre cartón: “No estoy de acuerdo con el referéndum pero no me puedo quedar en mi casa cuando veo que le pegan a la gente.” Conmovida, mucha gente se acercaba a saludarlo. Recibió abrazos. Y hasta besos.