Con más de 750.000 jóvenes cuyas vidas se verán impactadas por una decisión tomada el martes por el gobierno del estadounidense Donald Trump.
El fiscal general del país, Jeff Sessions, anunció el fin de DACA, una política que protege de la deportación a ese número de inmigrantes indocumentados conocidos como «dreamers» (soñadores), sobre la base de que entraron en EE.UU. de forma ilegal cuando todavía eran niños.
El programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés) fue implementado hace cinco años por el gobierno del expresidente Barack Obama.
Bajo dicha política, los beneficiarios reciben permisos de trabajo temporales, licencias de conducir y un número de seguridad social.
La mayoría de los adscritos al programa, el 76%, son de nacionalidad mexicana.
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Quienes se oponen a DACA argumentan que este esquema supone una amnistía para los inmigrantes indocumentados, que gracias al programa obtienen empleos que podrían ser aprovechados por estadounidenses o inmigrantes con estatus legal.
El presidente Trump asumió una dura postura contra la inmigración durante su campaña electoral de 2016 y dijo que planeaba «terminar inmediatamente» la orden DACA de resultar elegido.
Sin embargo, desde entonces habló de que tomar una decisión sobre el tema era «muy, muy difícil».
Activistas, demócratas y miembros del propio partido Republicano de Trump insistieron en los días previos a la decisión del martes en que DACA permaneciera vigente, aunque otros funcionarios presionaron para que lo revocara.
Finalmente, el fiscal general Sessions justificó la controvertida decisión por considerar el decreto «un ejercicio inconstitucional de autoridad por parte del Poder Ejecutivo».
¿Qué es DACA?
En junio de 2012, Obama estableció el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés).
Bajo este esquema, el gobierno acuerda «diferir» cualquier acción sobre el estatus migratorio por un periodo de dos años, con posibilidad de renovación, a personas que llegaron a EE.UU. cuando eran niños.
Así, se congelan procesos de deportación y se facilitan permisos de trabajo y licencias de conducir para los beneficiarios.
Se calcula que más de 750.000 inmigrantes indocumentados están adscritos al programa.
Para acogerse al mismo, debían:
- Haber entrado en el país antes de cumplir los 16 años
- Haber tenido menos de 31 años el 15 de junio de 2012
- No haber tenido estatus legal migratorio en EE.UU. antes del 15 de junio de 2012
- Haber residido continuamente en Estados Unidos desde el 15 de junio de 2007 y hasta la actualidad
- Estar escolarizados o licenciados del ejército
- No haber sido condenados por algún delito ni suponer una amenaza para la seguridad nacional
Este plan migratorio no ofrece un estatus legal permanente ni supone ningún paso para obtener la ciudadanía estadounidense.
En noviembre de 2014, Obama intentó ampliar el programa para incluir a los inmigrantes indocumentados que hubieran entrado en el país antes de 2010 y eliminar el requisito de los 31 años de edad.
Sin embargo, un fallo de un tribunal federal bloqueó estas últimas medidas.
El expresidente Barack Obama se pronunció el martes contra la medida en un largo comunicado subido a su página de Facebook.
«Tomar como objetivo a jóvenes luchadores que crecieron aquí está mal, porque no han hecho nada malo«, escribió Obama, quien calificó la medida como cruel.
¿Cómo afecta esto a los ‘Dreamers’?
No se aceptarán nuevas solicitudes para entrar al programa después del 5 de septiembre, informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) en un memorando publicado el martes.
Sin embargo, los beneficiarios actuales de DACA no sufrirán cambios durante los próximos seis meses, el tiempo designado al Congreso de Estados Unidos para que «entreguen soluciones legislativas apropiadas».
Los que cuentan con un permiso de trabajo vigente podrán conservarlo hasta que expire, mientras que aquellos cuyos premisos vencen en menos de seis meses podrán renovarlos antes del 1 de octubre por un periodo de dos años.
Es una decisión que yo tomaré y que es muy, muy difícil de tomar. Realmente entiendo la situación ahora».
¿Serán deportados?
Al perder los beneficios de DACA y si no llegase a haber una legislación aprobada en el Congreso en los próximos seis meses, más de 750.000 personas perderían la protección de ser deportados con la que cuentan actualmente.
Los republicanos han luchado para acordar una reforma migratoria durante años, así que hay una fuerte posibilidad de que DACA termine.
Alrededor de 1.000 beneficiarios de este esquema perderían sus empleos cada día hasta 2018, según estimaciones del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por su sigla en inglés) y de FWD, la fundación del presidente de Facebook, Mark Zuckerberg.
Unos 10.000 estudiantes en 11 estados del país perderían a sus maestros si se cancela DACA, dijo Kathryn Phillips, vocera de la organización Teach for America, al diario OC Register.
Muchos adscritos al esquema temen, además, que la información personal que entregaron al DHS para registrarse en DACA pueda ser utilizada por las autoridades migratorias para agilizar los procesos de deportaciones en el futuro.
Estudiar en una institución universitaria también se volvería más dificultoso al no tener un estatus migratorio legal en Estados Unidos.
Por este motivo, más de 500 universidades y centros de estudio superior firmaron una carta en marzo para pedirle a la Casa Blanca que despejara la «nube de miedo»sobre los estudiantes indocumentados.
La Universidad de Harvard dio un paso más y contrató en enero a un abogado de inmigración que está en el campus para resolver las dudas de los Dreamers.
La misma iniciativa fue replicada en otras prestigiosas instituciones como la Universidad de Columbia y la de Nueva York.
¿Cómo justificó el gobierno de Trump acabar con el programa?
En un ataque directo contra la política impulsada por Obama, el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, dijo que la consideraba «un ejercicio inconstitucional de autoridad por parte del Poder Ejecutivo».
«Los efectos de esta amnistía ejecutiva unilateral, entre otras cosas, contribuyó al aumento del ingreso de menores de edad en la frontera sur del país, lo que tuvo consecuencias humanitarias terribles.
«También les negó empleos a cientos de miles de estadounidenses al permitir que esos mismos inmigrantes indocumentados ocuparan esos puestos de trabajo».
«La nación debe establecer un límite de cuántos inmigrantes admitimos cada año. No podemos admitir a todo aquel que quiera venir, es así de simple», prosiguió Sessions.
¿Cómo reaccionaron quienes apoyan DACA?
En un comunicado, la líder de los demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi, dijo que la decisión de revocar la política era un «contundente golpe contra los jóvenes y brillantes Dreamers y todos aquellos que valoran el Sueño Americano».
Pelosi urgió a los republicanos en el Congreso a que se unan a los demócratas para salvaguardar de inmediato a los beneficiarios de DACA.
Ambar Pinto, que trabaja para la organización a favor de los inmigrantes United We Dream, estaba entre los que se reunieron frente a la Casa Blanca el martes para protestar contra el anuncio.
«Soy indocumentada, no tengo miedo y aquí me quedo», dijo entre aplausos.
Además de demócratas y activistas, unas de las voces más prominentes del Partido Republicano criticó la medida.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que espera que el Congreso y el Senado puedan encontrar consenso para dar con una solución permanente para los más de 750.000 jóvenes inmigrantes que perderán los beneficios de DACA.
«Estos son chicos que no conocen otro país, están aquí porque los trajeron sus padres pero no conocen otro hogar», aseguró el republicano Ryan.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-41117654