Sin embargo, en el país trasandino, la derrota fue interpretada como una verdadera injusticia: hinchas, exjugadores y dirigentes coincidieron en apuntar duramente contra el árbitro venezolano Alexis Herrera. El enojo se desató por una serie de decisiones que, según los chilenos, perjudicaron directamente a la “U”.

Entre ellas, la validación del gol de Lanús, que habría nacido de una mano no sancionada, y la no expulsión del argentino Agustín Cardozo por una dura infracción a Javier Altamirano. Para colmo, cuando el marcador aún estaba igualado 0-0, el conjunto visitante sufrió la anulación de un tanto por una posición adelantada milimétrica, revisada por el VAR.

Johnny Herrera, histórico arquero del club y actual comentarista, fue uno de los primeros en manifestar su enojo. “La U hizo un gran partido, pero quedó claro el poco peso que tenemos a nivel Conmebol. El árbitro inclinó la cancha”, disparó en TNT Sports. Más tarde, calificó el arbitraje como “asqueroso” y “tendencioso”, reflejando la indignación generalizada entre los hinchas.

Desde la dirigencia también llegaron fuertes declaraciones. Michael Clark, presidente de Azul Azul, reconoció su frustración: “A veces se gana y a veces se pierde, pero el arbitraje fue muy extraño. Los goles anulados fueron finísimos, y el nuestro también estaba habilitado”.

En la misma línea, el directivo José Ramón Correa habló con radio Cooperativa y fue tajante: “Fue un robo por donde se lo mire. La jugada del gol es insólita. Esto duele mucho”. Incluso el gerente deportivo Manuel Mayo, visiblemente molesto, repitió al retirarse del estadio: “Un robo, un robo total”.

La polémica promete seguir dando que hablar, mientras los fanáticos de la “U” reclaman mayor peso institucional en la Conmebol y sueñan con que algún día la justicia arbitral acompañe los esfuerzos dentro de la cancha.

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